Qué es la terapia sexual

Aunque no siempre le damos el lugar que le corresponde, la sexualidad es una de las esferas más importantes de nuestra vida. Además, se ve muy afectada por los problemas diarios.

La ansiedad y el estrés pueden estar en el origen de muchas disfunciones sexuales.

Las prisas y el cansancio nos pueden conducir al desinterés sexual o a problemas derivados de la rutina.

El reparto de las responsabilidades diarias suele ser uno de los principales focos de desacuerdo en la pareja.

Sin embargo, muchas personas relegan una parte de su bienestar a 'cuando tenga tiempo' y esperan a que su nivel de sufrimiento sea insoportable. Cuando llegan a terapia creen que ya lo han intentado todo y quieren 'quemar el último cartucho'.

La terapia sexual no tiene que ser para unos cuantos privilegiados. Puede ayudarte a mejorar tu calidad de vida sexual y aumentar tu bienestar en general.

Qué sucede en una consulta de terapia sexual

Acudir a terapia sexual puede despertar mucha inquietud, dudas o temores, pero lo cierto, es que no deja de ser como ir a la consulta de cualquier otro profesional de la salud. Estoy segura de que si te doliese una muela, no dudarías en acudir al dentista.

Un terapeuta sexual es una persona preparada para revisar tus creencias limitantes, aportarte conocimientos bien fundados y ofrecerte herramientas para mejorar tu vida sexual.

La consulta es un espacio seguro y tranquilo, en el que las personas pueden expresarse como son, sin ser juzgadas. Sea lo que sea lo que te lleve a consulta, el terapeuta te escuchará y tratará de encontrar la mejor solución a lo que te inquieta.

El primer paso es determinar qué ha motivado la consulta y qué se quiere conseguir. Durante las sesiones se elabora un plan de acción y las tareas necesarias para llevarlo a cabo que pueden consistir en ejercicios para casa, reeducación y el entrenamiento en diferentes habilidades.

Lo ideal sería acudir en pareja siempre que sea posible. Las dificultades sexuales no son exclusivas de uno solo de los miembros, sino que acaban afectando a los dos, y el otro miembro, con su actuación, puede contribuir a aumentar o disminuir el problema.